Joanne Rowling, una británica popularmente conocida como J.K Rowling, lleva consigo la autoría de una de las sagas más importantes en la historia reciente de la literatura juvenil, habiendo batido records de ventas con sus famosos libros de Harry Potter. ¿Cómo nació la inspiración de esta fascinante novela, donde su particular magia y fantasía marcaron a toda una generación de jóvenes?
Por el año 1990, habiendo estudiado filología francesa y clásica en la Universidad pública de Exeter, ubicada en el sur-oeste de Inglaterra, y de haber realizado estudios durante un año en París, Rowling se encontraba viviendo en el Reino Unido, su tierra natal. Fue allí donde todo surgió. Las ideas sobre lo que conformarían luego una de las historias más conocidas en todo el mundo, aparecieron, podría decirse, que por arte de magia.
“De repente, la idea de Harry apareció en mi imaginación, simplemente. No puedo decir por qué, o qué la desencadenó, pero vi la idea de Harry y de la escuela de magos muy claramente. De pronto, tuve la idea básica de un niño que no sabía quién era, que no sabía que era mago hasta que recibió una invitación para asistir a una escuela de magia. No he estado nunca tan entusiasmada con una idea”. Esas son las palabras literales de la autora de Harry Potter y la camara secreta, entre sus otros taquilleros libros.
Cuando le insisten sobre el origen específico de esta idea, ella vuelve a remarcar que no sabe de dónde provino. Sin embargo, el lugar en el que nació sí es bastante peculiar y conocido. Fue en los alrededores de una estación de tren en Mánchester, donde hacía espera por una demora de cuatro horas para viajar a Londres. Apenas llegó a su hogar, comenzó a escribir.
El proceso del primer libro de la saga, Harry Potter y la piedra filosofal, publicado en 1996, comenzó en 1990, con esta particular escena mencionada. El contexto en el que vivió Rowling no fue sencillo, ya que ese mismo año fallecería su madre, Anne Volant Rowling, por una enfermedad neurológica crónica llamada esclerosis múltiple. Con las ganancias que recibiría la creadora del joven mago, donaría una gran suma de dinero para apoyar las investigaciones que tratan esta enfermedad.
Así como la historia de Harry Potter es apasionante, la de su autora también. En especial la parte en la que se resigna a dar a conocer su nombre en el seudónimo. La editorial Bloomsbury (la cual, luego de doce editoriales que habían rechazado el manuscrito de Rowling, fue la que aceptó trabajar con la novela que sería traducida en más de 70 idiomas), al momento de publicar el primer libro, le pidió que no utilizara su nombre de pila y que a cambio incluya dos iniciales.
Este pedido no fue inocente. Desde la empresa temían que los lectores jóvenes no se interesaran en el libro, solamente porque estaba escritor por una mujer. Así es como J.K Rowling fue finalmente el nombre literario de esta saga, significando la “K” Kathleen, en homenaje a la abuela paterna de Joanne.